sábado, 30 de noviembre de 2013

22 NOVIEMBRE. LECTORES. HEREDADES.

Tras pedir disculpas por el “plantón” de la semana pasada, hemos realizado la dinámica QUE VUELVA EL LOBO.



QUE VUELVA EL LOBO
Cansado de ser siempre el malo de los cuentos, el lobo se levantó aquella mañana dispuesto a cambiar de trabajo. Se puso el traje de los domingos, se afeitó con esmero y se fue a la oficina de empleo para personajes de cuentos.
- ¿Qué desea, señor Lobo? ¿Ha tenido algún retraso con su sueldo este mes?
- No, no, todo eso está perfecto. Lo que no está bien es el trabajo. Estoy cansado de ser el malo de los cuentos. De que todos me tengan miedo. De que los demás personajes se rían siempre de mi cuando acaban quemándome, llenándome de piedras la barriga o disparándome con una escopeta de cazador. ¡O me convierten en un héroe o me marcho para siempre!
- Pero eso no podemos hacerlo. Para héroes ya tenemos a los príncipes.
- Pero eso es muy aburrido. ¿No ha oído las quejas de las princesas? Ellas también están hartas de ser unas inútiles que siempre necesitan ser salvadas: los tiempos están cambiando señor mío. A ver si se enteran de una vez…
Pero por más que el señor Lobo lo intentó no consiguió papel, así que se marchó enfadado dispuesto a no trabajar nunca más.
Fue así como los cuentos se quedaron sin villano y dejaron de ser divertidos. Los niños y niñas se aburrían tanto que dejaron de leer.
Muy preocupados, todos los personajes de los cuentos se reunieron en la oficina de trabajo para intentar buscar una solución.
- Si los niños dejan de leer, pronto desapareceremos todos.
- Hay que convencer al señor Lobo para que vuelva a los cuentos.
Así que todos juntos fueron a visitarle. Cuando el Lobo vio que todos los personajes querían que volviera, se sintió conmovido.

- Si queréis que vuelva a los cuentos, tendréis que hacerme un favor: quiero que los niños y niñas sepan que en mi tiempo libre no voy por ahí comiéndome abuelas, ni cabritillos, ni cerditos.
- Pero, ¿cómo haremos eso? – preguntaron todos sorprendidos.
- Escribir los cuentos de nuevo, contar las verdaderas historias, dejar de meteros con los lobos y volveré.
-¡Pero no tenemos tiempo! ¿Quién lo hará?
 Seguimos trabajando todo el grupo a la vez, de modo que he realizado la lectura para todos y todas y después nos hemos dividido en dos grupos por edades.

Los mayores van a cambiar los cuentos ellos solos. Se les ofrecen 4 cuentos muy conocidos (El pastorcillo valiente, Caperucita Roja, Los 7 cabritillos y Los 3 cerditos) donde el lobo tiene el papel de malo. Tienen unas plantillas con párrafos y frases omitidas para cambiar la historia, aunque siempre tienen la opción de reescribirla entera.


Mientras los mayores trabajan, los pequeños van a realizar la dinámica de CAPERUCITA ROJA en la que se les dan dos opciones: una sigue el argumento original y la otra hace que el lobo sea el bueno del cuento, víctima de Caperucita y su abuelita.







CAPERUCITA ROJA
Un día, la madre de Caperucita Roja le pidió que llevase unos pasteles a su abuelita que vivía al otro lado del bosque:
-No te entretengas por el camino, cruzar el bosque es muy peligroso.

Caperucita coge la cesta de pasteles y se encamina al bosque con paso rápido.
Caperucita coge la cesta de pasteles, se esconde en el jardín y se los come todos. Luego decide ir a ver a su abuela para que la invite a más pasteles.

De repente, el lobo salió de detrás de un árbol:
- ¿Dónde vas, Caperucita? - le preguntó el lobo.

- A casa de mi Abuelita - dijo Caperucita.
-¿Y a ti qué te importa?- dijo Caperucita. Y le dio una patada al lobo en la espinilla.

-Pues si te vas por ese otro camino, llegarás antes.
Caperucita le hizo caso, pero el lobo la había engañado y salió corriendo a casa de la Abuelita por el camino más corto. Llamó a la puerta y la Abuelita abrió pensando que era su nieta Caperucita.
Caperucita no le hizo caso y eligió un camino largo para entretenerse jugando. El lobo decidió ir a hablar con la Abuelita y contarle lo mal educada que era su nieta.

Cuando el lobo tuvo delante a la abuelita…

… la devoró, se puso su gorro rosa y se metió en su cama a esperar a que llegara Caperucita.

…se quejó del comportamiento de su nieta. Pero la abuelita se enfadó y lo ató a una silla.

Cuando llegó Caperucita…

… dijo:
-Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!
-Son…para verte mejor- contestó el lobo.

… le dijo a su abuelita:
- Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tiene!
-Son… porque es muy cotilla y así puede ver más

El pobre lobo estaba indignado.
-Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!
-Son…para oírte mejor- contestó el lobo.
- Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tiene!
-Son… porque es un fisgón y así oye mejor las conversaciones de todo el mundo.

El lobo intentaba soltarse, pero no podía.
-Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!
-Son…¡para comertemejoooooooooor!- y el lobo se comió también a Caperucita.
- Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tiene!
-Son… ¡para hacerme un collaaaaar!- Y las dos se abalanzaron sobre el lobo, dispuestas a quitarle todos los dientes.

Un cazador que pasaba por allí…
…oyó los gritos de Caperucita y corrió a salvarla. Cuando llegó, vio al lobo dormido en la cama, harto de comer, con la barriga llena llena llena.
…oyó los aullidos del lobo y corrió a salvarlo. Cuando llegó, ya le habían sacado un colmillo.

Entonces, sacó su…
…cuchillo y rajó el vientre del lobo. La Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas!.
…teléfono y llamó a la policía. ¡El pobre lobo se había salvado!

Para castigar ...
…al malvado lobo, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar.
…a la malvada Abuelita y a su nieta, la policía las detuvo. El lobo se había desmayado del dolor y fue llevado a un hospital.

Cuando el lobo despertó de su pesado sueño…
…sintió muchísima sed y se dirigió al río a beber. Como las piedras pesaban mucho, cayó en el agua y se ahogó.
…se enteró que lo habían declarado Animal Protegido para que nadie más le hiciera daño.

En cuanto a Caperucita y la Abuelita…

…no sufrieron más que un gran susto, pero Caperucita Roja había aprendido la lección y prometió a su Abuelita no hablar nunca más con ningún desconocido que se encontrara en su camino.
…las castigaron a limpiar toooooodo el bosque y a pagar el dentista del lobo.

FIN

Les ha gustado mucho y, de nuevo, han elegido por mayoría respetar la historia, protestando efusivamente cuando la cambiaba.

Al acabar, nos hemos sentado en semicírculo para que los mayores nos contaran sus historias. ¡Qué bien lo han hecho! Se han preparado para leer entre todos, con mímica, con teatro… Hemos disfrutado mucho.

Espero que esta sea la última sesión de un solo grupo con todas las edades y, a partir del mes que viene, empezar a realizar dos sesiones con los niños y niñas agrupados por edades.

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