domingo, 12 de enero de 2014

3 Y 10 DE ENERO DE 2014. LECTORES. ROJALES.

Esta sesión se repite porque el día 3 coincidió con una interesante actividad navideña en el Teatro Capitol, de modo que sólo asistieron 3 niños a la biblioteca. 

 No me gusta repetir sesiones, pero la experiencia me dice que el Antiguo Egipto es un tema que gusta mucho a los niños y niñas y no quería que se lo perdieran. El día 10 han asistido 7 niños y niñas. 

Empezamos con dos grandes pirámides como elemento motivador, preguntando si saben qué son y qué había dentro... ¡momias!. Estas pirámides se abren y dentro hay, efectivamente, una momia como la que ellos y ellas van a hacer después del cuento. 




El día 3 el cuento fue LA MOMIA , una historia que pretendía ser de miedo pero solo provocó risas a mi difícil público, de modo que para el día 10 decidí cambiarlo y contarles el mismo que a los Neolectores: Osiris e Isis, una leyenda sobre la vida de dos dioses egipcios. 







 

Para los niños y niñas fue presentada en un Power Point que sólo contenía las imágenes, pero aquí os lo dejo completo.

La respuesta ha sido regular: a algunos les ha gustado mucho y otros no me dejaban prácticamente ni contarlo con burlas y risas. Es un problema en un grupo tan reducido que la mitad moleste al resto y, lo que debería ser una hora de diversión, se transforma en una sesión difícil. A los que les ha gustado les ha llamado mucho la tención el aspecto de los dioses egipcios y sus poderes sobrenaturales y buscaron libros en la biblioteca que trataran el tema del Antiguo Egipto. Encontraron uno fascinante con pop ups que salen de las páginas, juegos y enigmas. Lo recomiendo por su alto contenido educativo y porque es una pequeña obra de arte de enamora a los niños y niñas: 
Autor: 
Ilustrador: 
Editorial: 




Ahora vamos con LAS MOMIAS. Hay que darles la base de cartón preparada y unas plantillas con ojos y la máscara de Tutankamón. Pegamos los ojos, envolvemos la momia con tiras de papel higiénico y, para acabar, ponemos la máscara de forma que pueda retirarse. 







Una segunda actividad consistía en escribir nuestro nombre transcribiéndolo al antiguo alfabeto egipcio, para lo que solo necesitamos tiras de papel y lápices.






Y acabamos el día recogiendo un poco los materiales y los recortes que han caído al suelo con la inestimable ayuda de la bibliotecaria que, además, me ayuda a mantener el orden durante las sesiones y aporta buenas ideas constantemente.
 Nos vemos el día 24.

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